28 outubro 2007

Jornalismo-cão

(ou ainda: a censura é sempre boa quando é nossa)


O email circulou em Portugal esta semana com um título assim: "Cão morre de sede e fome em exposição de arte - pede-se que assine uma petição contra este tipo".

O "tipo" é o artista costa-riquenho Guillermo Vargas (Habacuc), acusado antes de julgamento de ter morto um cão numa "performance" na Nicarágua em Agosto.

Diz o Marca Acme (de onde, em geral, as fotografias mostradas - como a acima apresentada - foram picadas sem referência autoral): "Según supe el perro murió al día siguiente por falta de comida. Durante la inauguración supe que el perro fue perseguido por la tarde entre las casas de aluminio y cartón de un barrio de Managua con nombre de santo que Habacuc que no pudo precisar en el momento. 5 niños de los que ayudaron en la captura recibieron bonos de 10 córdobas por su colaboración. Durante la exhibición algunas personas pidieron la libertad del perrito, a lo que él artista se rehuso. El nombre del perro era (fue) Natividad, y se le dejo morir de hambre a la vista de todos, como si la muerte de un pobre perro fuera un show mediático desvergonzado en el que nadie hace nada más que aplaudir o mirar desconcertado.
Definitivamente somos lo que leimos: puras croquetas.
En el lugar que el perro estuvo expuesto solo queda un cable de metal y una cuerda. El perro estaba sumamente enfermo, renqueaba y no quería comer de todos modos, así que en un entorno natural hubiera muerto de todos modos; pero así son todos los pobres perros: tarde o temprano se mueren o los mueren."

Esta semana, provavelmente atentos ao mail, jornais, revistas, semanários e televisões fizeram notícia - nalguns casos, mas não único, jornalismo empenhado. Quanto à liberdade criativa (ou falta dela), nada. Contraditório? Tábem, melga...

Foi a mesma notícia citando as mesmas "fontes": o Nácion a partir da petição, para evitar que o artista fosse um dos representantes da Costa Rica na Bienal CentroAmericana nas Honduras em 2008 - e pouco mais.

Na petição dinamizada por Jaime Sancho, é explícito nos seus propósitos sobre Hababuc: "he is a danger to all of society as it is well documented that those with the capacity to intentionally cause harm to an animal have the same capacity to harm humans.
To state that this animal would have died eventually of natural causes is unjustifiable and beyond logical,rational thinking.
"

Sobre a petição, lançada a 14 de Setembro, registe-se que a primeira portuguesa ocupou o lugar 114 mas só foi seguida nas assinaturas 973, 979, 997, 1001, 1044 e 1053 por outros portugueses. Repare-se neles a partir das 80 mil assinaturas - presumo que quando começou a circular a "notícia" por cá - para se ver como o efeito mediático foi enorme.

Entretanto surgiu uma resposta do Museo de Arte y Diseño Contemporáneo da Costa Rica (excerto):
consideramos:
* Que una obra cuestionable o cuestionada, debe servir para dar lugar a la expresión de opiniones diferentes y hasta encontradas, pero nunca a actos de censura.
* Que la censura de una obra o artista por el tema o la forma en que se aborda, es una medida impositiva que evade la interrogación misma sobre lo que se pretende cuestionar o anular.

E que tal uma opinião de Habacuc?
"La sociedad el espectáculo con sus mega eventos artísticos, y sus epígonos regionales, se han convertido en espacios exhibicionistas más que de exhibición, de competencia más que de competitividad…”, rezaba la tarjeta de presentación de la singular instalación, fuera del alcance de cualquier en esa sala. Su creador, el costarricense Guillermo Vargas –HABACUC- nos estaba tomando el pelo a los ahí presentes, subrayando nuestro coprotagonismo en uno más de los episodios de esa sociedad del espectáculo, la sociedad mediatizada de la era de la globalización."

PS.: E agora, num continente diferente: Anger at art gallery: The mummified body of a small dog, lying on a magnificent 18th century embroidered bedspread, has unleashed a torrent of emotion at the Pallant House Gallery in Chichester. [...]
Many visitors have feared the dog was killed for the work of art. In fact it has a more poignant history. It has hung for more than 20 years on the wall of the artists' London living room. They bought it in Brick Lane market, wrapped in dirty plastic and with a scrap of paper in its mouth saying "do not feed", from an elderly couple, who would tell them nothing of its history.
Whippets were popular dogs in the East End, prized for racing and hunting. They suspected that this poor creature may have outlived its usefulness and been left to starve in a cellar, where it was naturally mummified.
Whippets were popular dogs in the East End, prized for racing and hunting. They suspected that this poor creature may have outlived its usefulness and been left to starve in a cellar, where it was naturally mummified.
[negritos meus]